A nivel sudamericano, la lista es la siguiente:
- Brasil (44)
- Chile (46)
- Uruguay (55)
- Colombia (57)
- Argentina (78)
- Bolivia (106)
- Ecuador (110)
- Perú (113)
- Venezuela (126)
- Paraguay (133)
El Foro Económico Mundial de Davos señala que la recuperación rápida y sólida de América Latina a partir de la crisis económica mundial ha demostrado la fortaleza económica y financiera de la región. Agrega que los esfuerzos por mantener un marco macroeconómico estable, acompañado con una fuerte demanda internacional de materias primas y el consumo interno fuerte han allanado el camino para que este buen resultado y las previsiones positivas para su futuro crecimiento económico. Esta perspectiva optimista se ha llevado a muchos a hablar de una "década de América Latina" para referirse a las expectativas de progreso económico para la región, similar a la experimentada en muchas economías de Asia en la última década, detalla el informe.
El análisis de la institución advierte que pese a las mejoras pasadas y las perspectivas positivas, la persistencia de tasas de la baja productividad arroja algunas dudas sobre la capacidad de la región para sostener este crecimiento reciente de la economía en el largo plazo. En general, la región aún sufre importantes cuellos de botella que obstaculizan la competitividad. Entre ellas se encuentran la inseguridad física, un marco institucional débil, la infraestructura deficiente, y, en algunos casos, los bajos niveles de competencia y los mercados laborales rígidos. Por otra parte, ya que varios países se mueven constantemente hacia estadios superiores de desarrollo, hay un nuevo reto cada vez mayor importancia: la necesidad de impulsar la innovación.
La innovación es ampliamente reconocida como uno de los motores más importantes detrás de las ganancias de productividad y progreso de la sociedad. La innovación, definido ampliamente como la capacidad de aportar nuevas ideas en el mercado, permite a las empresas y países dar un valor agregado a sus actividades, empleos mejor remunerados, y abordar importantes retos sociales como el cambio climático, la contaminación y la mala salud.
El organismo señala que tradicionalmente, la innovación ha estado dominada por las economías desarrolladas. Sin embargo, el panorama mundial de la innovación está cambiando rápidamente con la aparición de nuevos jugadores. En la última década, las economías emergentes como China han impulsado sus resultados en innovación, convirtiéndose en importantes centros de I + D, publicaciones y solicitudes de patentes.
En este contexto cambiante, América Latina parece una buena alternativa para muchos otros países. El Índice de Competitividad Global señala que la región ha tenido un rendimiento de la innovación relativamente estable en los últimos años, aunque sigue estando por detrás de los indicadores de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Pese a que los resultados de innovación no es homogénea en todo la región, con algunos países (como Brasil y Chile) que funcionan mejor que otros (como Argentina y Perú), el organismo señala que para aumentar su potencial de innovación, los países en América Latina tendrán que invertir más y mejor en este tema así como el desarrollo de entornos que sean más conducentes a la misma.
Mayor inversión en innovación se requiere una mayor asignación de los recursos públicos y privados hacia la educación y la formación actividades de I + D, advierte el organismo. Además, los gobiernos también tienen que garantizar un acceso suficiente a recursos financieros para llevar a cabo la toma de riesgos iniciativas, desarrollar una mejor protección de los derechos de propiedad intelectual, y participar en la innovación liderada por las políticas de contratación más activo con el fin de acelerar la creación de nuevos mercados para productos y servicios innovadores.
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