Las Paradojas y la Innovación. por Sybil Caballero

Por Sybil Caballero
22 Mayo 2013

Las Paradojas son uno de los temas más intrigantes de todos los tiempos, en términos filosóficos permite retar al pensamiento y sacarlo del encuadre lógico y del sentido común.

Pero, ¿Para qué nos sirven las paradojas? y ¿Cómo podemos usarlas para resolver situaciones irresolutas?

Según Wiquipedia en : http://es.wikipedia.org/wiki/Paradoja:
"
Una paradoja (del lat. paradoxus, y este del griego παράδοξος) es una idea extraña opuesta a lo que se considera verdadero o a la opinión general.¹ En otras palabras, es una proposición en apariencia verdadera que conlleva a una contradicción lógica o a una situación que infringe el sentido común. En retórica, es una figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que implican contradicción. Un ejemplo de paradoja es la "Paradoja de Jevons", más conocida como efecto rebote. La paradoja es un poderoso estímulo para la reflexión. A menudo los filósofos se sirven de las paradojas para revelar la complejidad de la realidad. La paradoja también permite demostrar las limitaciones de las herramientas de la mente humana. Así, la identificación de paradojas basadas en conceptos que a simple vista parecen simples y razonables ha impulsado importantes avances en la ciencia, la filosofía y las matemáticas."

De modo que  esta figura del pensamiento provoca y estimula otras partes de nuestra forma de aprehender la realidad, es una especie de shock racional que nos obliga a salirnos de nuestra zona de confort.

Más allá de ser una proposición en aparencia verdadera, tambien podría ser una proposición en apariencia falsa que también conllevaría a una contradicción. No obstante, podría surgir como premisa que lo contrario a una verdad podría ser otra verdad.

De modo que, más que caer en una reducción al absurdo, este ejercicio de pensamiento nos conduciría al contraste de ideas, valores, sentires y simbolización, dándonos cuenta que de lo que se trata es de un ejercicio empático, donde, a pesar de no considerar "esa verdad" como nuestra nos permitimos en un acto de contradicción asumirla "como si" fuese nuestra, luego ocurrían varias cosas:

1. Nos convenceríamos que estabamos equivocados, lo cual traería todo un impacto valórico, pues deponer una verdad pasa por deponer actitudes, y formas de pensar y hasta de sentir.
2. Integraríamos parte de esta verdad y enriqueceríamos la nuestra o
3. No pasa nada seguiríamos con nuestra verdad.

En mi experiencia, luego de acaloradas discusiones, manteniendo por supuesto las mínimas reglas del diálogo, la escucha, y el respeto, sucede que me perturbo por el tiempo que dura la reflexión, entro en una surte de disonancia cognitiva, es un proceso difícil, doloroso, a veces causa cierto malestar, siento un enorme reto, pienso en la carga valórica que antecede ese presupuesto, en quien lo sostiene y por qué,  luego cobro conciencia de la reflexión, y termino agradeciendo el reto, pues desde esas nuevas formas de mirar crecemos y nos superamos a nosostros mismos.

Tres pasos para este ejercicio:
1.- Un tema irresoluto, discusión con diferentes puntos de vista, con apoyo de un moderador cuando son más de tres personas.
2.- Reflexión empática, cada quien por separado, toma unos 3 días.
3.- Nueva discusión y planteo de soluciones.

Este recurso en el ámbito empresarial complementa el proceso disrruptivo, permite ampliar perspectivas, pensar desde otra parte de nosotros, desde la otredad, permite reconocer la diversidad de puntos de vista, la empatía, el diálogo franco y la creatividad.

El sentido común y la lógica no siempre resuelven los problemas a los que nos enfrentamos día a día y sobre todo en el entorno complejo de hoy.

@sybilcaballero